27 de Abril 2025
- danielsacchero
- 27 abr
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 27 abr
Hoy hay dos familias reunidas para celebrar cincuenta años de una llegada y un comienzo, de una patria dejada atrás y una nueva para descubrir, de una cultura que los vio nacer a una que adoptar, de un lenguaje natural a uno que aprender.
Fueron recibidos con los brazos abiertos, con un estado que le abría las puertas a refugiados e inmigrantes, que los ayudaba a establecerse para acomodarse y poder contribuir a esta sociedad. A darles chances de mejorar sus vidas.
Fue difícil como todo cambio profundo es difícil, fue recomponer vidas y empezar nuevas amistades, fue empezar a recordar lo querido, fueron noches de nostalgia y días de imaginarse el futuro de sus hijos en este país.
Cincuenta años más tarde todavía están aquí. Y sus hijos y su nietos. Todavía creciendo y aprendiendo, evolucionando y acomodándose a estos tiempos difíciles. Todavía hundiendo raíces cada vez más profundas. Todavía extrañando porque nunca podemos olvidar desde donde venimos. Todavía hablando nuestro idioma materno porque es el que nos creó, el de nuestro origen.
Y detrás vienen las nuevas generaciones que están aquí con nosotros, ya más de acá, que de allá. Pero que no se olviden de esa parte importante de lo que son. De esas generaciones de otras tierras, de esas otras culturas, de esos otros idiomas y dialectos que los enriquecen.
Leido en inglés y español en la reunión de dos familias the inmigrantes: los Glattauers y los Pignon en el restaurant Hellenic Depot en Melbourne, Australia.
Comments